"Para todos aquellos que buscan la luz entre las sombras como la verdad entre las mentiras"

sábado, 8 de enero de 2011

La Felicidad

Me veo ante una hoja en blanco y no se muy bien qué hacer. Podría escribir sobre tantas cosas, que al final el folio se quedaría pequeño.
También me ha costado mucho decidir con qué bolígrafo iba a comenzar este relato, que al parecer, según la velocidad e imaginación de mis pensamientos, tratará sobre la felicidad. Al final he sido poco original. Es un tema tan sumamente utilizado por todos los grandes, medianos y pequeños pensadores, que cualquier cosa que diga, seguro que ya se había dicho antes.

La felicidad es aquello como una cosa (interesante elección de palabras, muy habituales cuando no se sabe cómo explicar algo) Ahora, para parecer culta, introduciré un recurso empleado por muchos escritores. Presten atención: Antes de comenzar a hablar sobre las teorías de la felicidad, la introduciremos mediante su definición en la RAE. Y así, el escritor o escritora en cuestión se quita mucho tiempo de cavilaciones. Ya no les voy a dejar con la intriga, así que, según la RAE: La felicidad es el estado de ánimo que se complace en la posesión de un bien, es, también, satisfacción, gusto, contento.

Qué interesante definición. Al final va a resultar que el recurso del diccionario nos ha venido de perlas.

Comenzando con la primera acepción, yo veo algún que otro error claro, si bien este error puede ser semántico, está afectando seriamente a su significado filosófico. Según la definición, la felicidad es un "estado de ánimo" Hasta ahí, todos de acuerdo. ¿Alguien en la sala no está de acuerdo? Poco importa. Es lo que tiene el lenguaje escrito, no se puede debatir en directo. A menos, claro, que se disponga de un software informático de mensajería instantánea, hecho que no viene al caso. Como todo escritor que se precie, hay que desviarse esporádicamente del tema.

Volviendo a lo que nos ocupa. El problema que veo yo es este: "que se complace" ¡¿Qué se complace?! Nunca he sabido que signo va antes, ¿el de admiración o el de interrogación? ¿Qué hace uno primero, se sorprende o se pregunta? Se sorprende, en mi opinión. En ese caso, invertiremos el orden para que la admiración quede más cerca de la frase.

¿¡Qué se complace!? ¿Cómo se puede "complacer" la felicidad? Siempre había pensado en la felicidad como un fin, no como un burdo estado de ánimo que se "complace".

Ahora he llegado a un grave problema en mi relato. He tenido que dar la vuelta al folio y he perdido completamente el hilo de mis pensamientos, lo que me hace pensar que quizás no estuvieran tan hilados como pensaba.

¿De qué estábamos hablando? ¡Ah, sí! De lo bueno que está el cordero con patatas de mi abuela el navidad. Yo no entiendo la gente que se pone a comer en navidad como si no hubiera un mañana. Usar expresiones coloquiales siempre ayuda a acercarse al lector.

En definitiva, como nunca sabemos cuánto vamos a durar en esta vida, lo mejor es vivir cada día como si fuera el último. Y mañana -fuerza externa todopoderosa, llámese Dios- dirá.

Al final me ha salido un relato incoherente, desorganizado y sin un tema por concreto por tratar. Ha sido tan extraño, que mientras escribía he ido oyendo mis pensamientos... Sin embargo, pienso que es brillante. Ojalá capten la ironía.

Salud!

No hay comentarios:

Publicar un comentario